"Los últimos serán primeros, y los primeros serán últimos"
Mateo 20, 1-16

PRIMERA LECTURA:
Lectura del libro de Isaías 55, 6-9

Busquen a Yavé ahora que lo pueden encontrar, llámenlo ahora que está cerca.
Que el malvado deje sus caminos, y el criminal sus proyectos; vuélvanse a Yavé, que tendrá piedad de ellos, a nuestro Dios, que está siempre dispuesto a perdonar.
Pues sus proyectos no son los míos, y mis caminos no son los mismos de ustedes, dice Yavé.
Así, como el cielo está muy alto por encima de la tierra, así también mis caminos se elevan por encima de sus caminos y mis proyectos son muy superiores a los de ustedes.
SALMO:
Sal 144, 2-3. 8-9. 17-18 R/. Cerca está el Señor de los que lo invocan.
Día tras día, te bendeciré y alabaré tu nombre por siempre jamás. Grande es el Señor, merece toda alabanza, es incalculable su grandeza. R/.
El Señor es clemente y misericordioso, lento a la cólera y rico en piedad; el Señor es bueno con todos, es cariñoso con todas sus criaturas. R/.
El Señor es justo en todos sus caminos, es bondadoso en todas sus acciones. Cerca está el Señor de los que lo invocan, de los que lo invocan sinceramente. R/.
SEGUNDA LECTURA:
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses 1, 20c-24. 27a

Hermanos:
Cristo será glorificado en mi cuerpo, por mi vida o por mi muerte.
Para mí la vida es Cristo y el morir una ganancia. Pero, si el vivir esta vida mortal me supone trabajo fructífero, no sé qué escoger.
Me encuentro en esta alternativa: por un lado, deseo partir para estar con Cristo, que es con mucho lo mejor; pero, por otro, quedarme en esta vida veo que es más necesario para vosotros.
Lo importante es que vosotros llevéis una vida digna del Evangelio de Cristo.
EVANGELIO DEL DÍA:
Lectura del santo evangelio según san Mateo 20, 1-16
Los obreros de la viña
Aprendan algo del Reino de los Cielos. Un propietario salió de madrugada a contratar trabajadores para su viña.
Se puso de acuerdo con ellos para pagarles una moneda de plata al día, y los envió a su viña.
Salió de nuevo hacia las nueve de la mañana, y al ver en la plaza a otros que estaban desocupados, les dijo: 'Vayan ustedes también a mi viña y les pagaré lo que sea justo. Y fueron a trabajar.
Salió otra vez al mediodía, y luego a las tres de la tarde, e hizo lo mismo.
Ya era la última hora del día, la undécima, cuando salió otra vez y vio a otros que estaban allí parados. Les preguntó: '¿Por qué se han quedado todo el día sin hacer nada?'
Contestaron ellos: 'Porque nadie nos ha contratado. Y les dijo: 'Vayan también ustedes a trabajar en mi viña.
Al anochecer, dijo el dueño de la viña a su mayordomo: 'Llama a los trabajadores y págales su jornal, empezando por los últimos y terminando por los primeros.
Vinieron los que habían ido a trabajar a última hora, y cada uno recibió un denario (una moneda de plata).
Cuando llegó el turno a los primeros, pensaron que iban a recibir más, pero también recibieron cada uno un denario.
Por eso, mientras se les pagaba, protestaban contra el propietario.
Decían: 'Estos últimos apenas trabajaron una hora, y los consideras igual que a nosotros, que hemos aguantado el día entero y soportado lo más pesado del calor.
El dueño contestó a uno de ellos: 'Amigo, yo no he sido injusto contigo. ¿No acordamos en un denario al día?'
Toma lo que te corresponde y márchate. Yo quiero dar al último lo mismo que a ti.
¿No tengo derecho a llevar mis cosas de la manera que quiero? ¿O será porque soy generoso y tú envidioso?'
Así sucederá: los últimos serán primeros, y los primeros serán últimos.
Palabra de Dios
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